lunes, 25 de abril de 2011

Reencuentro.



Esos meses sin verte me parecieron años, porque te extraño desde aquel noviembre, cuando soñamos juntos a amarnos por siempre.
¿Vendrías? ¿Me acompañarías? Hey, ¿sabias que estarías conmigo? Disculpa mi paranoia. ¿Sentiste lo mismo que yo cuando te veía caminar hacia mi? Y cuando me abrazaste, idéntico a como lo hacías antes, ¿sentistes chispas dentro de ti? Un calor que te recorre desde los pies hasta la punta del pelo. Tenias el mismo perfume de siempre, ese que me encanta, ese que usabas cuando... Ah, tu sabes. En más de un momento pensé en hecharte los brazos al cuello y besarte hasta siempre, pero eso habría estado mal ¿no?
¿Te das cuenta de lo que daría por ti? ¿De que te amo? Porque si, te amo.¿Como puedo demostrártelo? Que me haces falta, que te extraño, que te necesito. Que si vuelves conmigo, no te dejare ir mas nunca, que te lo doy todo... Pero ya todo eso lo sabias... En cambio, yo no se muchas cosas... ¿Me amas?

viernes, 15 de abril de 2011

En aquel rincón apartado...



Debía irse, ya era tarde... Ya era hora. Ella lo miró a los ojos, esperanzada porque se quedara un segundo más, porque le dijera, una vez más, que todo estaría bien. El se puso de pie, deslizó su mano por su brazo, para llegar a un ultimo roce e irse... pero ella le tomó la mano con fuerza, reteniendolo para siempre, atándolo a sí, abrazándolo. Pero ya era hora, los sonidos inundarian el lugar, como una ola enorme que se cala hasta los huesos; la gente, los mirarían, con los ojos ciegos que todos tienen, esos ojos que solo ven hasta donde alcanza la vista. ¿No ven los arroyos y las montañas? ¿No ven la pasion y las caricias? ¿No sienten pena por su clandestinidad? Entonces ella lo miró de nuevo, con la esperanza de que el viera lo que ella veía, más allá de un rostro y un cuerpo. Entonces rogó internamente por un último beso, una última respiración, un último cerrar de ojos, una última caricia, una última palabra... por un último beso que él concedió a sus labios.

domingo, 10 de abril de 2011

Fuego



Cuando dices te amo, es por que de verdad lo sientes. Lo sentia, lo siento. No digas te amo nunca, si, de un dia para otro, puedes olvidarlo todo... No lo olvidé jamas, no reduci nada a simples cenizas. Mas que cenizas, siempre queda una llamita en algun rincon. Cada recuerdo de ti, lo guardaba con anhelo, con esperanza; cada lagrima, cada suspiro... ¿no significaron nada para ti? ¿no valieron la pena? ¿todo fue en vano? Amor, dicen que el amor es la fuerza mas poderosa. Fuego, dicen que el fuego arrasa con todo.
¿Intentaste destruir con fuego todo lo que construí amando? No lo lograste.
¿No te sentias volar conmigo? ¿como quemar el aliento que compartiamos? ¿como quemar las sensaciones? Los abrazos, los besos, las miradas... los recuerdos. No hay manera; ¿aprender a convivir con ellos? Talvez. ¿Revivirlos? Mejor... Apreciar, abrir los ojos, darte cuenta de quien te ama, y de quien aspira llegar a quererte, son acciones complicadas, pero correctas...

lunes, 4 de abril de 2011

Abrazos cálidos, mares congelados, recuerdos memorables.


Me dejo llevar por este mar, el agua es fría y agradable, las búrbujas me elevan, mis recuerdos me sumergen. Siento sueño, me gusta dormitar aquí, es tranquilo y silencioso. Escucho voces de la nada, risas a lo lejano, los destellos que aquellas sonrisas aperladas logran traspasar mis párpados. Aprendo a respirar sin aire, mis pulmones viven de mi melancolía.

Algo me sostiene, algo no me deja seguir. Una cálida mano llena el espacio entre mis dedos, escucho una voz que se me hace dulcemente familiar. Mi húmedo cuerpo es abrazado por una esencia la cual ya sentí antes muchas veces. ¿Es eso una petición de compañía? Hace mucho que alguien me pide algo. Me aferro a... ¿una persona? Mi cabeza se apoya en un hombro, mi espalda es acariciada tiernamente, ya no tengo tanto frío... me gusta este nuevo calor.

Susurros, mis oídos se embriagan de escurridizos susurros. Me hacen cosquillas, se siente bien. Logro abrir los ojos un poco, veo el mar que me arrastraba, bajo un poco la vista y me encuentro con una espalda. A mi costado hay un cuello, huele bien... Comienzo a enamorarme de este viril aroma. Mis manos toman su propia voluntad, acaricio esta ancha espalda que me pide algo de amor. Unos cálidos labios me rozan la mejilla, un débil beso me hace querer depender de momentos así.

Estoy tan enamorada como la primera vez que vi los ojos de esta persona, de él... Me está cuidando, me arrastra a su presente, me sostiene con ternura, me ama...

Más que amarlo, amo la frontera que ha forjado entre el frío de este mar y la calidez de su abrazo.