lunes, 4 de abril de 2011

Abrazos cálidos, mares congelados, recuerdos memorables.


Me dejo llevar por este mar, el agua es fría y agradable, las búrbujas me elevan, mis recuerdos me sumergen. Siento sueño, me gusta dormitar aquí, es tranquilo y silencioso. Escucho voces de la nada, risas a lo lejano, los destellos que aquellas sonrisas aperladas logran traspasar mis párpados. Aprendo a respirar sin aire, mis pulmones viven de mi melancolía.

Algo me sostiene, algo no me deja seguir. Una cálida mano llena el espacio entre mis dedos, escucho una voz que se me hace dulcemente familiar. Mi húmedo cuerpo es abrazado por una esencia la cual ya sentí antes muchas veces. ¿Es eso una petición de compañía? Hace mucho que alguien me pide algo. Me aferro a... ¿una persona? Mi cabeza se apoya en un hombro, mi espalda es acariciada tiernamente, ya no tengo tanto frío... me gusta este nuevo calor.

Susurros, mis oídos se embriagan de escurridizos susurros. Me hacen cosquillas, se siente bien. Logro abrir los ojos un poco, veo el mar que me arrastraba, bajo un poco la vista y me encuentro con una espalda. A mi costado hay un cuello, huele bien... Comienzo a enamorarme de este viril aroma. Mis manos toman su propia voluntad, acaricio esta ancha espalda que me pide algo de amor. Unos cálidos labios me rozan la mejilla, un débil beso me hace querer depender de momentos así.

Estoy tan enamorada como la primera vez que vi los ojos de esta persona, de él... Me está cuidando, me arrastra a su presente, me sostiene con ternura, me ama...

Más que amarlo, amo la frontera que ha forjado entre el frío de este mar y la calidez de su abrazo.

1 comentario:

  1. "Más que amarlo, amo la frontera que ha forjado entre el frío de este mar y la calidez de su abrazo"

    Clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap...

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¿te has enamorado?